Te das cuenta,
que la vida se trata de pequeños instantes que vas recogiendo, que
simplemente te tienes que dejar llevar por el momento, dejarte la piel,
como dice una muy buena amiga mía, dejarte la piel por lo que realmente
merece la pena, sentirte tonta, estúpida, idiota, loca, pero sentirte,
al fin y al cabo. Sentir que tienes corazón, dejarte llevar por esos
impulsos repentinos que son los que dan color a tu vida, no arrepentirte
de nada solo pensar “por qué no lo habré hecho”, pero jamás
arrepentirte. Que si te apetece gritar, lo haces, aunque se te quede
mirando todo el mundo y que si te caes, pues te levantas y te ríes de
esa caída tonta, pero te levantas con una sonrisa, te apoyas en tus
amigos y hacia delante, quizá a por otra caída pero lo mismo a por ese
camino que llevas soñando desde tanto tiempo, ese camino sin obstáculos,
pero pienso que a veces esos tontos obstáculos merecen la pena porque
te ayudan en ese futuro que estás creando con tus propias manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario